Las inclemencias del tiempo pueden afectar al estado del alcantarillado de la ciudad. Una temporada de lluvias abundantes, por ejemplo, puede poner a prueba el estado de los desagües. Si se desbordan escupiendo basura hay un claro indicativo que se precisa limpieza y hay que trabajar en el asunto en la medida en que nos sea posible.
Si no se hace un mantenimiento adecuado, la red de saneamiento unitaria puede sufrir desperfectos y, en caso de aparecer un atasco, urge dar con el problema para obtener un diagnóstico rápido y así agilizar una libre circulación. Hay que destacar la diferencia entre red de saneamiento unitaria y separativa. La primera acoge tanto agua de lluvia como residual; en la otra, cada tipo de agua va por separado.
Por lo tanto, la red separativa implica menos problemas si se sufre una temporada de lluvias torrenciales. Además, favorece la reutilización de agua y, por ende, optimiza los costes de depuración.
A pesar de todo, a día de hoy, los sistemas unitarios son los más habituales, y más en ciudades grandes. A pesar de que su construcción tiene una gran resistencia a la corrosión, el sistema no está preparado para asumir grandes caudales de agua de lluvia, hecho que obliga a derivarla a los aliviaderos. Todo lo que acaba arrastrando el agua, son en su mayoría, partículas de todo tipo y especialmente contaminantes. Su paso hacia el medio receptor, genera un daño muy claro al medio ambiente.
El mantenimiento preventivo hecho periódicamente es siempre la solución adecuada: resolveremos las posibles incidencias y cuidaremos de la funcionalidad de las estructuras y componentes que forman parte de la red. Con un sistema más sólido también evitaremos reparaciones costosas. Para dar con el problema es útil una inspección de todo tipo de canalizaciones a través de cámaras de TV.
Están robotizadas, son rápidas y resistentes. De hecho, es el mejor método para ver en qué estado está una tubería. Podemos detectar roturas, grietas e incluso incrustaciones. Sabiendo cuál es su estado, tendremos más información para llevar a cabo una rehabilitación concreta.
Los desagües, en caso de lluvias constantes, nos pueden dar mucha información. Es aconsejable que tengamos en cuenta hacer una revisión cuando el temporal haya llegado a su fin.
Hay que destacar la existencia de una tecnología innovadora, no invasiva para la propia tubería o bajante, puesto que no se requieren obras. Se trata del Sistema Sprayform. Hace posible la rehabilitación sin manipulación, es invisible, garantiza una perfecta estanqueidad y es muy versátil. La sostenibilidad está asegurada con este método además, porque no se generan residuos.
Así pues, los desagües, en caso de lluvias constantes, nos pueden dar mucha información. Es aconsejable que tengamos en cuenta hacer una revisión cuando el temporal haya llegado a su fin. Con lo que, solicitar un servicio de revisión y mantenimiento de tuberías por parte de una empresa especializada será positivo.
A pesar de todo, no siempre se solicitan estos trabajos de prevención y revisión. Habitualmente, hay muchos problemas de carácter externo que no podemos controlar del todo, como la caída de hojas, la llegada de raíces de árbol a las tuberías, e incluso de animales. Cabe decir, que la mejor época para llevar a cabo este tipo de mantenimientos son los meses de septiembre y octubre.
¿Por qué es clave cuidar de las redes de saneamiento?
El paso del tiempo desgasta todo tipo de estructuras. Los bajantes de un edificio, por ejemplo, son unas de las zonas más sensibles y hemos de estar pendientes de que cumplan su función. Cuidar todos los elementos que forman parte de la red de saneamiento nos puede ayudar a evitar futuros sustos, como fugas de agua, desbordamientos, atascos y reventones de tuberías. Es importante que el sistema funcione bien para tener una correcta depuración de aguas. En este sentido, y como hemos comentado anteriormente, es útil hablar de una renovación de vez en cuando. La tecnología está de nuestra parte y, mediante el método SprayForm, podemos llevarlo a cabo resueltamente con los siguientes pasos:
- Una inspección previa, en la que se hará un reconocimiento de las canalizaciones a través de las cámaras no robotizadas. De aquí, sacaremos la información suficiente como para identificar las patologías e idear un plan de actuación global.
- Procederemos a la limpieza mediante agua, cepillado o fresado. El fresado, realizado con robot fresador, nos permitirá eliminar los obstáculos que han podido hacerse sitio en las tuberías. Acto seguido, se procederá al secado de la tubería intervenida.
- La rehabilitación se hará efectiva mediante una reconstrucción de la canalización que se está trabajando –mediante el sistema SprayForm–, hecha a base de polímeros aplicados en diferentes capas milimétricas con proyección circular continuada.
- Por último, limpieza e inspección final. Estando el trabajo finalizado, se limpiará la zona y se verificará que funciona todo correctamente a través de cámaras de televisión no robotizadas.
Cuidar todos los elementos que forman parte de la red de saneamiento nos puede ayudar a evitar futuros sustos, como fugas de agua, desbordamientos, atascos y reventones de tuberías.
Los malos olores
El mantenimiento y buen estado de la red de saneamiento es responsabilidad nuestra, ya sea directa o indirectamente. Pero hay infinidad de agravantes por los que se dañan todo tipo de canalizaciones. El uso diario de detergentes y sustancias para la limpieza, por ejemplo, puede corroer las cañerías, que se van degradando, acabando así, por despedir malos olores. ¿Cuántas veces hemos notado que una calle huele mal? El agua estancada, por otro lado, es también foco de gérmenes. Aunque no se puede batallar con todo ello, lo único que podemos hacer es minimizar las prácticas que pueden crear afectaciones a las tuberías. En el sector de la restauración han ido apareciendo algunas iniciativas que rehúyen la utilización de químicos en las cocinas, se buscan alternativas, aunque caras, pero mejores para el medio ambiente. La limpieza con ozono es una de ellas.